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28.6.19

Los muertos no hablan de Luis M. Pino y Javier Pino


Sinopsis:
El juego en el que solo el más listo conseguirá resucitar.

El gran Mago Oscuro ha llegado al cementerio para devolver la vida a uno de los muertos y convertirlo en su fiel súbdito.

Lo que no esperaba es que todos en aquel lugar quisieran aprovechar esa oportunidad.

¿Cómo se juega?
De 3 a 6 jugadores, cogen cada uno un tablero, un marcador en forma de ataúd y tres cartas, una de cada tipo, dejando el resto en tres montones en la mesa. Los tres tipos de cartas son:
  • Palabra: la carta indica qué palabra o tipos de palabras no se pueden decir
  • Interrupción: cartas que prohíben hacer una acción al jugador activo o al resto de jugadores o revertir una acción realizada.
  • Acción: acciones a realizar como "regalar una vida" o "intercambiar los cuerpos".
En su turno, cada jugador robará una carta del mazo que quiera, teniendo cuatro cartas en la mano, y decidirá qué carta jugar. Si juega una carta de palabra la colocará delante suyo: esa palabra sólo la podrá decir ese jugador, el resto de jugadores la tienen prohibida. En el caso que un jugador la diga, el que posee esa palabra ganará una vida. Si juega una carta de acción, la mostrará, realizará la acción y descartará la carta. Las cartas de interrupción, como indica su nombre, sólo se pueden jugar en el turno de otro jugador para impedirle llevar a cabo su turno o una acción en concreto.

El objetivo del juego es ser el primero en conseguir 10 vidas. Éstas se consiguen mediante algunas de las cartas de acción (si te regalan una o directamente ganas una vida con la carta) o, de la manera más divertida, haciendo que el resto de jugadores digan las palabras prohibidas.

Mazos en el centro, tablero y mano inicial


Palabras prohibidas para el resto, pero no para mí, ¡muaajajaja!


Zona de descartes y de los demás jugadores



Los muertos no hablan es un juego rápido, sencillo y divertido, pero que te mantiene en tensión durante toda la partida, sobretodo en el momento en que empiezan a aparecer las palabras prohibidas, siendo éstas tan comunes en los juegos de mesa como "carta", "toca", "turno" o los típicos "sí" y "no", y el cual requiere que los jugadores vayan manteniendo una conversación porque sino pierde parte de la gracia. Hay que estar tan pendiente de qué palabras se pueden decir y cuáles no, además de que pueden ir cambiando constantemente, que hay quien opta por no hablar y comunicarse con gestos y hace que se convierta en un simple tiracartas.

Los componentes son básicos, cartas de tipo cartulina gruesa y de tacto algo más rugoso, pero cumplen su función. Los marcadores de ataúd son más gruesos y rígidos que el tablero y las cartas. Las ilustraciones son sencillas y caricaturescas, acordes con la temática de zombies putrefactos, aunque simpaticotes.

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