Sinopsis:
(Traducida) Los héroes poderosos no surgen de la nada, ¡hay que crearlos! Raza, clase, alineamiento, habilidades, rasgos y equipo son elementos del héroe perfecto, listo para enfrentarse a los enemigos en la búsqueda de gloria y riquezas.
En Roll Player, compites con tus oponentes para crear al mayor aventurero de fantasía de la historia, preparándote para embarcarte en una aventura épica.
¿Cómo se juega?
Cada jugador, hasta 4, deberá crear un personaje. Para ello, cogerá un tablero de raza y cartas de alineamiento (bueno, neutral, malo...), clase (nos indicará el nivel a conseguir de diferentes habilidades: destreza, fuerza... ) y trasfondo (que indicará la colocación de algunos de los dados, porque sí, éste es un juego de dados, ¿no lo habíais deducido?). También recibirá unas monedas para poder comprar cartas.
Para empezar, cada jugador robará de la bolsa siete dados al azar, dados de diferentes colores, y los colocará en su tablero, en las tres columnas centrales que son las distintas habilidades a completar, en el hueco que quiera, pero siempre rellenando de izquierda a derecha. El colocar y completar filas de dados nos permite hacer una habilidad especial (intercambiar dados, relanzar un dado...). Esto es interesante de cara a la estrategia de colocar los dados según la carta de trasfondo que tenemos y la suma total de valores para las habilidades.
Una vez hecho esto, se crea el mercado, donde se colocarán en el centro de la mesa las cartas de iniciativa y el mazo de cartas de objetos y demás, las que podrán comprar los jugadores para mejorar sus personajes, siempre una más que el número de jugadores.
El jugador inicial, que cambiará en cada ronda, robará dados de la bolsa según el número de cartas de iniciativa, los lanzará y los ordenará de menor a mayor, colocándolos en las cartas de iniciativa, empezando por la primera, así, la iniciativa más alta (el 1) tendrá el valor de dado más bajo. Siguiendo por el jugador inicial, robará la carta de iniciativa que le interese y colocará ese dado en su tablero.
Ahora, por orden de iniciativa, los jugadores podrán comprar una carta del mercado, pagando su coste con las monedas. Si algún jugador no quiere comprar nada, descarta una carta del mercado y obtiene dos monedas.
Una vez todos los jugadores han comprado (o no), se devuelven las cartas de iniciativa, se repone el mercado, se cambia el jugador inicial al siguiente y éste inicia un nuevo turno. Se seguirá jugando así, sucesivamente, hasta que los tableros estén llenos. Se pasará a puntuar (por dados de color, por valores de habilidades, por colocación de dados...) y el jugador que tenga más puntuación es el ganador.
Mercado central (alguien ya se ha cogido el dado que quería):
Evolución y puntuación final de mi Dragón:
Si jugáis a rol es muy probable que os haya tocado hacer alguna ficha de personaje y algunas dan muuuucha pereza hacerlas (tardas más en hacer la ficha que lo que dura vivo tu personaje). Así que, ¿por qué no convertir esto en un juego? Pues aquí está: una vez hecho tu personaje, casi casi completamente al azar, puedes pasarlo al papel y jugar a algo tipo Dungeons & Dragons o Pathfinder (para una Llamada de Cthulhu no te serviría). Aún así, parece ser que a mucha gente le supo a poco y con el tiempo sacaron expansiones que incluían aventuras para ya jugar inmediatamente una vez hecho el personaje. Eso tampoco lo veo práctico, porque con este juego ya te puedes tirar tus buenas dos horas, entre que te lees lo que hace cada carta para decidir si comprarla y el posible análisis-parálisis de dónde pongo este dado.
Casi se podría decir que es un multisolitario, pues cada uno trabaja con su propio tablero y su propio color de jugador, y solo se interactúa en la fase de mercado (iniciativas y cartas) donde hay la posibilidad de fastidiar a alguien.
Es innegable la comparación con el Sagrada, principalmente por la colocación de dados y por los objetivos a completar (aquí, los que nos marcan las cartas de alineamiento, clase y trrasfondo), pero precisamente por esto último que mencionamos, este juego es algo más exigente, ya que tienes que tener más variables en cuenta para puntuar lo máximo posible.
La rejugabilidad es alta, ya que hay varias cartas de alineamiento, clase y trasfondo que hacen tu tablero desigual en estrategia al del resto de jugadores, así que las combinaciones entre ellas son casi infinitas. Y si a eso le sumas la inmensa cantidad de cartas de objetos y demás, algunas de las cuales puntúan más si van asociadas a unas características concretas, multiplican las variables y cada partida será diferente, permitiéndote probar cosas nuevas. Además, a medida que juegues, te sonarán más las cartas y es posible que la duración del juego se reduzca un poco.
Los materiales, en general, son buenos. El cartón del tablero es generoso y los dados encajan bien, sin peligro a que se muevan o caigan. Los dados son grandes. Y las cartas son finas; aunque no haya que barajar mucho, quizá es recomendable enfundarlas.
Es un juego resultón, muy tematizado pues, aunque no deje de ser un abstracto, el objetivo es claro: optimizar al máximo tu personaje.