Sinopsis:
Pon el volumen, debilita la luz, pulsa "play" de tu videocassette y penetra en una noche terroríficamente divertida pues Atmosfear te traslada a una emocionante nueva dimensión del juego de mesa. ¡interactivo con vídeo y el televisor!
Nunca hay dos partidas iguales, y no es necesario avanzar, rebobinar o parar la cinta. Todo lo que necesitas es una hora y un videocassette.
Una vez hayas pulsado "play", solamente tendrás 60 minutos para ganar, sino El Guardián o Gatekeeper habrá ganado. ¡Únicamente tú podrás impedirlo!
Para vencer al Guardián deberás conseguir 6 llaves o bien arriesgarte y tomar el sendero del centro del tablero donde te enfrentarás con tu pesadilla, ¡la cosa que más temes!
Pero si tu número es nombrado, El Guardián querrá hablar contigo...Si fallas al contestarle a él o a sus pruebas, estarás desterrado al Agujero Negro.
¿Cómo se juega?
Necesitas un reproductor de vídeo y un televisor (aunque actualmente está el vídeo completo en la plataforma de vídeos online más famosa...), colocar el tablero en el centro y escribir, cada jugador, su peor pesadilla o a lo que más temen en las cartas en blanco "Pesadilla" (se supone que son tipo pizarra blanca y se pueden borrar, pero se acaban marcando, así que se acaba optando por papelitos...).
En la bolsa oscura se colocan las lápidas de colores que representan a cada uno de los personajes: Hellin el Poltergeist, Elisabeth Bathory la Vampira, Anne de Chantraine la Bruja, Khufu la Momia, Barón Samedi el Zombie y Gevaudan el Hombre Lobo. Valga decir que en este primer juego es meramente estético, no adquieres ninguna habilidad especial por ser uno u otro jugador. Dentro de la bolsa también se incluirán las fichitas con número (del 1 al 6) y cada jugador deberá coger al azar una lápida y un número que colocará en la misma. Ese será su peón de jugador.
Se pone el tablero en la mesa y se colocan en su sitio las cartas de "Pesadilla" (si son papelitos mejor meterlos en una bolsa opaca también y todos doblados lo más parecido posible para no saber de quién es cada uno), las cartas de "Suerte" (que te pueden dar llaves si cumples las condiciones indicadas), las cartas "Destino" (que te darán poder para hacer la puñeta a los demás), las cartas "Tiempo" (que indican un minuto y segundo exacto en el que hacer una determinada acción) y las lápidas de personaje. Al lado del tablero al alcance de todos se colocan las llaves de cada uno de los colores de los jugadores.
Y ahora, tal como indican, puedes bajar la luz, subir el volumen y darle al PLAY...
El Gatekeeper os explicará cómo se juega y cuales son las condiciones para ganar, todo esto metiéndose con vosotros en todo momento. Pero básicamente se trata, por turnos, ir tirando el dado, moverse por el círculo exterior en sentido de las agujas del reloj y hacer la acción que indique la casilla en la que has caído (coger carta, desterrado al Agujero Negro...).
Durante la hora de juego (hay un reloj descontando en la pantalla) el Gatekeeper puede aparecer en pantalla cuando menos te lo esperes, para preguntaros cosas, premiar, hacer la puñeta o proponeros pruebas a realizar. En el momento que aparece, el turno de juego se para por completo para prestarle atención y, sobretodo, no os podéis olvidar decir "¡Sí, mi Gatekeeper!" cuando se dirija a vosotros o, de lo contrario, seréis penalizados.
A pesar de lo que explica la sinopsis de la caja, el objetivo es conseguir las 6 llaves de tu color (cada una también te dará un poder) y en el momento que las tengas, dirigirte a la casilla central (la de las "Pesadillas") con una tirada exacta y coger una de las cartas/papelitos. Si es tu pesadilla, has perdido y la partida sigue con el resto de jugadores. Si es la de cualquier otro, has ganado y debes correr a parar el vídeo.
Si, por el contrario, nadie consigue las llaves y el tiempo se agota, ganará el Gatekeeper y se reirá en vuestra cara en los minutos finales del vídeo.
Todo preparado para adentrarnos en el terror...
Transcurso de la partida
¡Bienvenidos de vuelta a los 90, jugones! Así era como nos divertíamos anteriormente, sin móviles ni Internet, ¡pero ya con vídeo y con tele! ¡Uau, era todo un avance! Quien nos iba a decir que íbamos a interactuar con la tele y que no nos mirarían mal por contestarle cuando te hablaba, a ti, sí, al número 3... ¡Sí, mi Gatekeeper!
Un juego que creó una revolución al introducir la tecnología de la época en los juegos de mesa y del que, no sólo salieron nuevas entregas, sino que fue el precursor de este tipo de juegos, aunque yo sólo conocí el Rap Rat, que espero poder reseñar algún día.
Sí, es un juego que ha quedado anticuado, no sólo por el VHS (que ya hemos dicho que esa parte está solucionada) sino por la mecánica del mismo, que sólo consiste en tirar un dado y avanzar. Pero ¡ojo!, que debes estar atento a miles de cosas: al tiempo marcado en tus cartas "Tiempo" para hacer la acción requerida, a si alguien cae en tu lápida, a si puedes aplicar el poder de alguna de tus llaves y, por supuesto, a la aparición del Gatekeeper en pantalla, aunque eso no pasaba desapercibido para nadie.
El fallo que tenía el juego era que si jugabas a menudo te acababas aprendiendo la cantinela el discurso (perdón, mi Gatekeeper) y sabías en qué momento iba a pasar cada cosa, cuándo ir más lento para fastidiar al siguiente o cuándo intentar ir más deprisa para que no te pillara a ti. Qué queréis, era un vídeo... Este fallo se solventó en la nueva edición que sacaron para el aniversario que venía con un DVD (eran nuevos tiempos) y que prometía que cada partida era diferente. Pero esa versión todavía no la he probado.
La que sí probé en su momento, pero no recuerdo demasiado, era "Atmosfear: Los Emisarios" en el que en los diez primeros minutos del juego debías correr para conseguir ser uno de los personajes principales, dándole la vuelta al tablero y consiguiendo el peón del personaje (sombrero de copa para el Barón Samedi, un colmillo para Gevaudan, un murciélago para Bathory, un cubo de juguete para Hellin, una serpiente para Khufu y creo que un caldero para Anne, pero en este me falla la memoria).
Pese a su simpleza, pienso que es un juego muy divertido y que mantiene su esencia, que merece ser jugado de vez en cuando y, sobretodo, intentar tomártelo medianamente en serio. No hace falta ser un servidor sumiso y hacer reverencias, pero tampoco tomártelo a cachondeo y meterte en el papel para disfrutarlo como tal.